Monica Oganes & Associates
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La gratitud nos trae felicidad aún en la adversidad

April 19th, 2020

A lo largo de la vida he conocido a diferentes tipos de mujeres, pero entre todas, las que me han dejado una impresión mas grande son aquellas quienes, con su hijo al hombro, salen a ganarse la vida vendiendo sus productos. Aquellas que, cuando caminamos por las calles, las miramos pero no las vemos. Las que no son de nuestro entorno, pero talvez tengan la misma idea que nosotros tenemos de hacer lo posible para salir adelante, para sobrevivir.

Admito que soy una mujer privilegiada. Mis padres tuvieron educación superior. Mis hermanos y yo también. He logrado una carrera con la que me puedo ganar la vida. Es muy bueno sentirse así. Pero a veces, estando en este mundo, uno se olvida que existen personas quienes no tuvieron ni si quiera la oportunidad de asistir a una escuela, porque en su pueblo no había, o porque el grado máximo era primaria. Todavía existen esas inequidades en la vida. Me consta en mi trabajo, con las diferentes personas a quienes les doy servicio. Y no significa que tener educación superior hace a nadie mejor. Pero por lo menos todas las personas deberían tener acceso a la educación para que haya equidad.

En esta foto que tomé en Lima estando en Perú, encontré a estas mujeres en las calles del centro. Los limeños hemos visto esto muy frecuentemente, pero yo vivo ya casi 30 años en EEUU y me llama mucho la atención. Cada una de estas mujeres tiene su guagua (bebé) en la espalda y se pasan el día vendiendo sus productos. La famosa hoja de coca peruana, la cual ellas “chacchan” (mastican) y los caramelos de coca. Maní, chifles (plátanos o bananos), y muchas otras de sus delicias que preparan para el comercio. Ellas visten sus trajes típicos de Huancavelica, de donde vinieron. Y me ofrecen sus productos que realmente tienen precios muy alcanzables. Podemos ver a la mujer ofrecerme su paquete de hojas de coca a 3 soles (menos de un dólar americano). Si sacamos la cuenta de cuanto venden en un día, ni yo ni ninguno de mis amigos cercanos podríamos vivir de ese ingreso. Realmente yo las admiro mucho.

Comparto esta historia porque es necesario que todos pongamos nuestras vidas en perspectiva. Nosotros en estos momentos estamos pasando momentos difíciles porque estamos en cuarentena debido al COVID-19 causado por el coronavirus. Entiendo que muchos más que otros por su situación particular. Pero tenemos que pensar que día a día, estas mujeres hacen mucho por sobrevivir. Muchas de ellas no cargan un celular ni están en Facebook para siquiera leerme. El mundo de ellas es muy distinto al mío y al de muchos de ustedes que me están leyendo en este momento. En realidad, ni siquiera soy quien para juzgar que mundo es mejor, porque muchas de estas mujeres pueden ser aún más felices que nosotros en su mundo diferente. Porque la felicidad esta relacionada a la expectativa que tenemos.

Si nosotros esperamos más de lo que tenemos pero no sabemos apreciar lo que está a nuestro alrededor, se nos hará difícil ser felices. Está bien trabajar mucho en mejorar y superarnos, pero nunca debemos olvidar que en el lugar donde estamos plantados en este momento, ya nos ha traído mucho por qué estar agradecidos. Estamos rodeados de familia y amigos, tenemos una casa, comida. Talvez en este momento no tanto porque estamos en crisis global, pero sabemos en el fondo que esto es pasajero y no para toda la vida. En su momento, volveremos a recuperar la capacidad de hacer lo que hacíamos, o talvez lograremos algo mejor. La vida nos ha quitado mucho y nos ha puesto en otro nivel, un nivel que muchos viven día a día sin desesperarse, sin tener miedo, sin deprimirse. Cuando todo pase, muchos posiblemente se quedarán ahí donde nosotros estábamos porque estuvieron ahí antes y están felices de vivir su día a día con su familia. Y seguirán siendo felices. Nosotros seguiremos también nuestra vida y tendremos la capacidad de ser felices. Sin embargo, es necesario que durante el momento de adversidad, pongamos las cosas en perspectiva. Siempre hay una persona que está en peor condición que nosotros, pero por muchas razonas, esa persona pueda que sea más feliz. Es cuestión de perspectiva.

Tengo casi dos décadas de trabajar como psicóloga y hay algo que les puedo afirmar. No es feliz el que más cosas materiales tiene. Es feliz el que más gratitud tiene. La gratitud no tiene precio y es alcanzable para todos. Pero tenemos que ser intencionales en alcanzarla. Les deseo eso, gratitud. Porque se que al tener gratitud en este momento, serán más felices. Y también deseo que de ahora en adelante, al caminar por las calles, no solo miren a las personas sino véanlas. Cada persona es digna de tener el mismo valor en la humanidad. Nadie es mejor que otro. Y espero que esta adversidad nos haga ver que lo más preciado es el ser humano. Que estén bien.

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La Dra. Monica Oganes tiene especialidades en psicología escolar y neuropsicología clínica. Desde sus clínicas en Miami y Orlando, provee servicios a niños, adolescentes y adultos. Su interés en la ciencia cognitiva, emocional y educativa la ha llevado a impartir conocimiento en conferencias de EEUU y el mundo. Para pedir una cita, puede contactarla en Miami (305) 800-9399 y Orlando (407) 809-5680.

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